jueves, julio 26, 2007

San Pancho Bar, de Arturo Terán y Mendoza

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Eusebio Ruvalcaba sobre San Pancho Bar:

Leo San Pancho Bar del joven poeta Arturo Terán y Mendoza, publicado por ediciones Curia y Fridaura. Me sorprende de inmediato la capacidad de este hombre de adentrarse en la noche y desmenuzarla para devolvernos sus secretos. La noche con todo lo que implica como sangre que da calentura y vigor en barrios bravos de la Ciudad de México. De una cantina en otra, de un bar en otro, Arturo Terán se empeña en extraer la belleza, que es la vida en sus manifestaciones más descarnadas, sea a través del alcohol o de la mujer, como elementos protagónicos, a tal punto de que el coctel de la crueldad femenina y de la lucidez propiciada por el trago, constituyen el hilo conductor de su poemario.


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Arturo Terán durante una lectura de su obra
en el Colegio de Bachilleres


No son poemas de cantina o dos paradojas

Por Salvador Bretón


Reseña publicada en la revista Universo del Búho,

número 76, Julio de 2006

Fonda San Francisco, Cantina San Francisco. Bien puede tratarse de un establecimiento en el centro de una ciudad o de una cabeza, eso sí compuesto de estampas recogidas en servilletas, papel de estraza, memoria electrónica o craneal. El nombre de un bar como título para un poemario no significa que el alcohol corra por el caudal de sus páginas como pudiera pensarse por el texto en la cuarta de forros. Recibí el ejemplar de las manos del autor, conversamos un poco: tres o cuatro días atrás había sido víctima de robo de automóvil en ausencia de conductor. Esto no le preocupó. La compañía aseguradora le proporcionará su similar motorizado, son los trescientos ejemplares –de quinientos– a 84 páginas cada uno que componen su ópera prima en el género de la poesía y formato de libro impreso que iban en la cajuela. Arturo, el vate y viñetista, padeció la ignominia de tratar de explicar el costo del daño colateral a un ajustador incapaz de comprender la necesidad del propietario por encontrar su carro; sucedió en su Netzahualcóyotl querido. Luego charlamos acerca de las posibilidades de recuperar algunos ejemplares en los tianguis regados en centro y periferia metropolitanos, donde suelen ir a parar libros y otros objetos de procedencia dudosa, a precio de remate o por kilo.

Refugios, San Pancho Bar y Poemas para Pablo. Cada tercio reúne emociones de calibres diferentes antecedidas de sendos epígrafes: Max Rojas, Tite Curet Alonso en la voz de Héctor Lavóe –letra de una canción orquestada por Willie Colón– y José Emilio Pacheco, respectivamente. Juanito Alimaña es el nombre del personaje y de la rola hecha cita por Arturo. Paradoja primera entre la poesía y la vida: tal vez fue víctima de robo por un ratero urbano que se fugó de su cita para asestarle un “no te metas conmigo, que sigo siendo aquél”.

Escribir es una pulsión que induce a tomar bolígrafo, lápiz, pluma fuente o cincel para expresar algo que el autor sabe surge de sus manos y no suele escapar de sus dedos hasta verse hecho impronta; letra impresa en cualquier formato que valen para lo mismo cuando las emociones terminan por desbordarse y convertirse en versos de alturas disímiles, como ir de Acapulco a Toluca pasando por el volcán o adentrándose metros bajo el nivel oceánico. Las herramientas empleadas para emprender ascensos y descensos son la percepción, el recuerdo vívido y el verso libre de ritmo interno, que dan cohesión a su movimiento constante.

Desde el punto de vista editorial el resultado se debe a la conjunción de esfuerzos entre Cuiria Ediciones, Editorial Fridaura y un tercer coproductor. Se trata de una publicación independiente y el cuidado puesto en ella denota cierto rigor de los editores, excepto por el hecho de carecer de ISBN y, si bien hay quienes piensan que éstas son mamonerías burguesoides, es sabido que cadenas distribuidoras de libros no los exhiben por carecer de tal numerito o un código de barras… mucho depende de cuan independiente se quiera ser o no, a veces se trata de recursos, otras de ignorancia, ¡qué sé yo!

Es, sin embargo, el primer esfuerzo de una serie de pujanzas en el terreno, siempre resbaladizo, de expender un producto en un mercado que no acostumbra leer aquello carente de imagen en pantalla u otros recursos similares… “Qué bueno que no lea, así será más feliz”, es una de las frases que pasarán a la historia dentro de las grandes erratas o malentendidos que deja la administración foxista. A su vez, en términos mercadológicos, hay un público a conquistar con textos de calidad y ediciones que apuesten a establecer un changarro que emplea imaginación, papel, tinta –por no ahondar en la cantidad de trabajadores requeridos a nivel industrial– como materias primas. La segunda paradoja: sin la obtención de becas gubernamentales por concurso, proyectos como Cuiria –en su primigeneidad financiados de forma independiente– que surgen del intercambio de ideas y la retroalimentación de quienes pasan por estos, demuestra que todavía hay un mínimo de sentido común en las instancias culturales del Estado encargadas de impulsar la cultura en este sexenio perdido; los dos que tres avances reconocibles no compensan las pérdidas a la hora de sacar el total… números rojos. Salud.

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